Bodas

Cuando las amigas bajaron del coche y han visto Dyssa desnuda, una taza de champagne en una de las manos, cuerpo apoyado en la pared y la cara más indecente del mundo… ha sido una histeria colectiva. Gritos, saltitos, risas, todas hablando al mismo tiempo.

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La novia ha conducido sus amigas al interior de la casa y para sorpresa mayor ella estaba vacía. Había nada.

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Sus miradas se cruzaron y Dryssa pidió a todas que quitasen la prenda de abrigo que llevaban. Después de dar un beso en cada una, puso en sus manos una copa de champagne y las dijo:

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- Quiero la compañía del sagrado y del profano. Brindamos al que llegue primero.

Al mismo tiempo todas contestaron: ¡Al profano!

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Dryssa ha conducido todas hacia la música. Una sala amplia, de espejos en las cuatro paredes y algunos cojines por toda ella. Se vía, en el rincón derecho, una mesa larga y abundante y de tiempos en tiempos llegaba un camarero y les servía una que otra bebida.

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Las charlas eran animadas. Recuerdos de vacaciones, viajes, todo, todo.

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Dryssa se levantaba y cambiaba la música. Sabía qué canciones más les gustaban. Una histeria más cuando empieza a tocar ABBA. Bailaban como cortesanas.

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Al final de la canción, Dryssa les pidió para sentarse.

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Una nueva canción empieza: Can´t Get Over You. Y para alegría de todas, él entra a bailar. Un tipo común, moreno, alto, de pelo largo, cuerpo bonito... ¿de especial? Bien... algo que generalmente no estaba a vista de todos.

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No parecía sorpreso con el hecho de tener tantas mujeres guapas y semidesnudas, asimismo estaba visiblemente excitado.

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Poco a poco empieza a quitarse las ropas.

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Ha invitado Dryssa a bailar. Un baile diferente. Un cariño especial. Caricias. Empieza a tocar su piel, besos en su cuello, en sus senos, barriga y bajo vientre.

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Dryssa desnuda, le quita lo que restaba de ropa del chico. Vestidos ahora, sólo de piel y morbo.

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El baile sigue como si no hubiera nadie más en la sala. Con movimientos de lentos él cuida de excitarla, mojarla… se pone de rodillas para beber de su miel mientras Dryssa se deja enloquecer por cada toque en su cuerpo.

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La levanta en sus brazos, apoya la espalda de ella en la pared y es Dryssa quien le ayuda a poner su membro dentro de si. En un baile que era sólo de ellos.

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Dos cuerpos uniéndose, allí...

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Delante ellos, un público extasiado, excitadas por todo aquello, tanto que, no han visto entrar en sala los otros hombres.

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Buscaban entre las chicas, las iniciales en las bragas hasta que, encontrando la que efectivamente le apetecía, se quedaba y empezaban a hacer como el primero.

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Algunos con movimientos lentos. Leves. Graciosos. Otros más bruscos. Voraces.

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Ha visitado con sus manos los rincones que aún estaban escondidos de los cuerpos de ellas y ellas no creían en todo aquello. No entendían cómo ellos sabían dónde les gustaba más ser tocada y como hacerlo... Claro, DRYSSA. Ella sabía y había planeado todo aquello.

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Por muchos minutos, en la sala se convertio en el calor y bailado de cuerpos, susurros, gemidos, movimientos rápidos, otros lentos... la música, el olor de sexo.

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El silencio insistía en volver a aquella sala. La música se acabó. Los gemidos han cesado. El silencio poco a poco se hacía presente.

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Pasaron algunos momentos y así como ellos llegaron, se fueron. De repente y sin nada decir. Sin nombres. Sin vidas. Sólo sexo.

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Ya era madrugada cuando salieron de la finca. Un poco lánguidas con lo que les han pasado horas antes. Pero, llenas. Llenas de alegrías. Llenas de sexo. Llenas de sí.

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Han llegado para la boda de Dryssa y estaban ¡PRECIOSAS!

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La boda transcurrió como todo debería ser. Dryssa, en fin, era la Señora Tomaggio.

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Ninguna palabra fue dicha. Ellas nunca han sabido si Gabriel ha descubierto sobre la última fiesta.

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Aunque sí, han descubierto que son mucho mejores que dicen las personas y mucho peores que ellas propias se imaginaban.

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Comentários

  1. Sueño de una noche...10 de agosto de 2009 às 16:08

    No se si esto ya lo había leido en otra página o visto en un film.
    Aunque tambien pienso que yo estuve en esa fiesta, pues recuerdo un día que desperté a media mañana y muy cansado, pero con el cuerpo y el espiritu complacido, con besos dibujados en la piel, en mi mano izquierda una prenda intimna femenina de color rojo, en mi mano derecha una rosa roja y en mi boca, y en mi boca..........

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  2. ... en tu boca el sabor de una brasileña juguetona... una brasileña que fue tu compañía en las bodas de Dryssa. Una brasileña que fue tu compañía en muchos momentos. En las palabras que has escrito obre ella. En los paseos por calles de una ciudad histórica de Ouro Preto.


    Beijos MAESTRO. :D

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  3. ...una brasileña juguetona que "fue" en mis poemas de juventud con el arrullo de una serenata de guitarras doradas...

    Beijos

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  4. Maestro... Maestro... Siempre logras dejarme muda... :D


    Beijinhos

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