El tiempo


Mientras sigo sin ganas...
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Es cierto. El tiempo siempre fue una invención humana tan falaz como el mero pensamiento de que los nombres que aplican a los objetos y sensaciones del mundo los protegen de la intemperie, de la desgracia, de la soledad. Mediante el tiempo, la persona se intoxica de mentira anteponiendo a sus ojos la efímera ilusión de que absolutamente todo lo que pasa tiene un sentido, si se quiere, divino, acentuándose y profundizándose cuando justamente cuando estos hechos a él le suceden. Seres intrínsecamente inseguros, los hombres buscan aferrarse a conceptos que se desprenden de su propia mentalidad, alimentando aquella vana ilusión de que cuando se desgarre su existencia, podrán mantenerse suspendidos y alegres en el océano de ideales que proyectaron hacia los cuerpos celestes. Las sensaciones no cambian en virtud del tiempo ni del espacio, ni mucho menos de lo que el hombre -animal condenado a sentir racionalmente- le anexe un sentido propio. La sensación es la sensación y nada más que eso. Lo que quiera extenderse artificialmente de allí, no es sensación sino sentimiento.
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Por otra parte, aunque esta eterna y vaga posición de falsa víctima ante la percepción del mundo exterior ha materializado la inicialización en que vivimos, también ha catapultado inolvidables esbozos artísticos que para siempre estarán grabados en el espíritu de aquellos memoriosos que los atestiguaron y atesoraron para nosotros. A ellos tributo, pues han usado este prejuicio humano -la existencia del tiempo- para transportar pura belleza, por lo que los diferenciarlos del resto me parece imprescindible.
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... me quedo con la creatividad de los otros.
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Foto:
Flores
Autor:
Losbustilio

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