Cambiando



Cierto día, ella tuvo la valentía de despertarse. Con mucho miedo siguió adelante. No le gustó mucho la nueva realidad y el mundo. Lloró un poco. Intentó regresar al que era. Mucho sufrimiento y demasiado dolor. 

Poco a poco fue adaptándose a la nueva vida.  Mejor dicho, a la propia vida. La suya que nunca antes se había dado cuenta de lo que era. 

 



Cada quién tiene su propio Moisés. “El separador de aguas”. El suyo se llama MÉXICO.

Comentários

Postagens mais visitadas